- Área: 6281 m²
- Año: 2007
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Fotografías:Gonzalo Viramonte
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Hospital de mediana complejidad ubicado al sur de la ciudad de Córdoba, en el populoso Barrio Villa el Libertador. El edificio responde a una necesidad de servicio de salud de un vasto sector pericentral de la población de clase media-baja. El proyecto se expresa como una “caja mono-material” de mampostería de ladrillo visto, [material que es muy característico de la ciudad, generalizado a partir de la obra del arquitecto “Togo” Díaz] que envuelve una estructura independiente de hormigón armado bajo la cual se distribuyen todas las actividades tendientes a cubrir los requerimientos de las especialidades médicas que allí se desarrollan.
Contexto
La obra se implanta en un barrio residencial de la ciudad que se caracteriza por tener un tejido consolidado, con viviendas de una y dos plantas, con un nivel de construcción regular a precario. Respondiendo a ésta horizontalidad del tejido barrial, se propone un edificio de una sola planta con un frente de doble altura en el sector público que lo jerarquiza. Se instala en un sitio de una topografía plana con su acceso principal hacia la orientación norte. El lote es de grandes dimensiones en relación al programa propuesto, lo que permite una calle de circulación restringida que circunda al edificio y lo separa del tejido barrial, destacándolo del entorno. En este mismo sentido,para reforzar el carácter institucional del edificio, la obra se retira del frente generando un amplio espacio público a nivel barrial que a su vez jerarquiza la fachada principal y permite una visión completa del Hospital.
Investigación
La utilización del ladrillo en esta obra tiene algunos aspectos simplemente prácticos, como es el mantenimiento en una obra pública, y otros que apuntan a una investigación constante sobre dicho material. El uso forma parte de un camino de búsqueda exhaustiva que hemos ido realizando en todos los ámbitos de nuestro desempeño profesional, tanto en la universidad a través de ejercicios realizados entre alumnos y profesores en los cuales se lo ha manipulado, pesado, pegado y trabado aprendiendo sus posibilidades.
En esta obra, la fachada se presenta como un gran “cribado de ladrillo modificado de escala” que ubicado hacia el norte funciona como un gran parasol. Esto no es resultado de una idea aleatoria sino que forma parte de la incansable búsqueda por utilizar los recursos disponibles y aprovechar las cualidades estructurales y expresivas del material, proceso que sin duda seguirá en otra obra .
Se trata de reinventar este material ancestral con el cual contamos con facilidad, y encontrarle posibilidades y respuestas para una arquitectura contemporánea. Más allá de sus usos habituales, considero que esa búsqueda no es solo nuestra por cierto, sino de grandes arquitectos latinoamericanos como Solano Benítez y Javier Corvalán. Resulta un aporte y una desmitificación de que un edificio de estas características de alta complejidad sanitaria necesite de algún tipo de envolventes de tipo high-tech y más en nuestras latitudes donde se encuentran excelentes artesanos en este oficio.
Usar el ladrillo como material principal, no sólo conecta al complejo con la tradición arquitectónica cordobesa sino que mejora las condiciones térmicas del interior y minimiza el mantenimiento. La tecnología empleada permite utilizar mano de obra local, lo que convierte al proyecto en un generador de empleo. Según las orientaciones, se aplica parasoles de este mismo material que brindan la protección e iluminación necesaria. Este material presenta un muy buen comportamiento para el clima de la Ciudad que presenta habitualmente amplios saltos térmicos.
Materia y Luz.
La luz ha sido otro de los temas que siempre nos ha interesado haciéndola ingresar a los espacios de modo indirecto, generando atmósferas, o de modo directo como “materia“ que modifica el espacio continuamente, o bien combinando estos dos recursos. Con el fin de acercarnos a una humanización de la atención en salud, la distribución de los espacios planteada permite que la inmensa mayoría de los locales, tengan ventilación e iluminación natural, buscando brindar calidad ambiental y optimización de recursos disponibles. En el área de terapia intensiva el trabajo con la luz natural no se trata sólo de un recurso arquitectónico sino que tiene una connotación terapéutica. Por esta razón se diseñaron tres ingresos de luz cenital que aseguran la percepción, por parte de los pacientes internados, de la trayectoria de la luz solar a lo largo del día. En el área de espera del público se combina un espacio de gran escala, que es dividido por los patios interiores, donde la luz fue utilizada como organizador, ubicando lucernarios en los extremos de los patios ordenando casi a modo de señalética las diferentes salas de espera en el ala pública del hospital ofreciendo diferentes escalas simultáneas de percepción a través de las transparencias conseguidas.
Sistema
La distribución de espacios se organiza con un criterio de optimización funcional, resuelto en una sola planta, buscando facilitar la accesibilidad y conectividad entre las distintas áreas y servicios del Hospital. El esquema de organización propone una gradual transición entre espacios de acceso público, semipúblico y técnico en relación al ingreso principal. Así se organizan tres bandas sucesivas, de cada vez mayor control y restricción respecto al acceso público. Las circulaciones principales del Hospital están planteadas en forma de “peine “de manera de no generar interferencias, dividiéndose claramente entre pública y técnica con extremos abiertos posibilitantes de futuros crecimientos, sin interferir en el correcto funcionamiento del centro. El partido adoptado concilia las oportunidades del sitio en cuanto a accesibilidad y orientaciones, con el programa funcional, buscando obtener claridad en las áreas de usos diferenciando áreas públicas, áreas de circulación técnica y apoyo. El esquema planteado propone lograr claridad funcional a fin de facilitar en todo lo posible la orientación del usuario, que es recibido por el área de acceso que comunica con el hall donde se ubican las áreas de espera y las esclusas que dan paso a las áreas de atención (Consultorios, laboratorio, internación, etc.). Esta clara diferenciación permite generar una imagen particular para el área pública y de espera; con acento en el empleo de la luz natural a través de luceras y de patios internos. Estas luceras reducen la necesidad de iluminación artificial.